Este prototipo de motor podría volar por encima de la velocidad de la luz

Desde hace décadas, uno de los sueños de la investigación aeroespacial es lograr alcanzar la velocidad de la luz. Aunque más que un sueño se podría considerar que siempre ha sido una fantasía. ¿Por qué sería fantástico que se construyera una nave que viajara a dicha velocidad?

Porque con una tecnología así de avanzada, podrías realizar viajes más allá de este sistema solar, logrando sin duda alguna resolver el misterio de si estamos o no solos en este Universo. Hasta ahora, solo la ciencia ficción ha podido emular ese sueño, a través de películas como Star Wars o Star Trek.

¿Sabes exactamente lo que representa la velocidad de la luz? Supone que puedas desplazarte a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo. Si colocamos eso en una calculadora, y partimos del hecho de que la luna se encuentra a 384.000 kilómetros de la tierra, eso supone que podríamos viajar en un segundo hasta nuestro satélite natural.

Un estudio liderado por investigadores independientes

Sin embargo, un estudio reciente llevado a cabo por investigadores independientes pretende crear un prototipo que finalmente pueda alcanzar dicha velocidad. Este grupo de investigadores hace parte de Applied Physics. En el artículo de la investigación, decidieron establecer un modelo matemático que generaría la propulsión suficiente para alcanzar una velocidad superior a la misma velocidad de la luz.

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En otro momento de su historia, la NASA ha estado gestionando proyectos relacionados con el mismo tema. En cierto momento incluso patentó un prototipo, pero ese intento no llegó tan lejos como el que proponen los investigadores de Applied Physics. El modelo de distorsión de propulsión que plantean los investigadores es conocido en inglés como “warp drive”.

Este tipo de propulsión es del todo distinta al implementado en los cohetes espaciales. El origen de este tipo de propulsión fue planteado inicialmente por allá en el año de 1994, por parte de Miguel Alcubierre, un reconocido astrofísico mexicano. Este modelo de propulsión tiene como base la expansión y contracción de lo que representa el tejido espacial.

El secreto se encuentra en la expansión y contracción del Universo

Con este modelo, la expansión y contracción una nave espacial podría ostentar velocidades de categoría superlumínicas. Lo que propuso Alcubierre en su momento, es que al trabajar con contracción y expansión, se genera un impacto sobre el espacio-tiempo. Esta “vulneración” le permite a la nave desplazarse con mucha agilidad.

Lo que ocurre es que en teoría el espacio puede ser deformado, lo mismo que ser curvado, torcido o expandido. El astrofísico mexicano explica entonces, que de la mano a la expansión del Universo y el modo en que se alejan las galaxias entre ellas mismas, el espacio se expande. Es este principio lo que podría entrar a jugar a favor de la nave que alcanzaría la velocidad de la luz.

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Lo más curioso de esta tesis es que no es la nave, ni mucho menos los pasajeros en su interior, los que viajan a la velocidad de la luz. Esa idea es del todo contraria a lo planteado por Einstein en la teoría de la relatividad. Lo que le permitiría entonces a una nave moverse en el espacio es el modo en que se aprovecha la contracción y expansión natural del Universo.

Usar las leyes de la astrofísica para potenciar el movimiento

Si esto sucede a cualquier velocidad, tal como lo supone Einstein, entonces es posible superar el límite de la velocidad de la luz. Hasta aquí puedes hacerte una idea de porque la nave espacial se desplazaría, contando a su favor con las mismas leyes que gobiernan al espacio exterior. Pero, para que una nave pudiera jugar con esos factores a su favor, se necesita de un equipo muy sofisticado.

En esencia, lo que se necesitaría es que el motor de propulsión realizara una quema excesiva de energía negativa. De esa manera la nave contaría con todo a su favor. El gran problema de toda esta teoría es que de momento no existe algún dato científico que avale que el resultado final del desplazamiento a tan tremenda velocidad.

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Ahora bien, de acuerdo a la investigación liderada por Alexey Bobrick y Gianni Martire, habría que considerar otro punto de vista. La cuestión se simplificaría en no usar un equipo de energía negativa. El modelo matemático también considera que para que la nave pueda realizar un viaje interestelar es necesario que ésta misma tendría que tener un diseño en forma de lágrima.

Un diseño de la nave basando en una geometría exacta

La base de la nave tendría que ser de forma plana y redondeada. Si la geometría se respeta y se mantiene un diseño plano de la nave, entonces sí sería posible aportar al desplazamiento de este prototipo a tales velocidades. La cuestión de fondo seguirá siendo el contar con una fuerte de energía lo suficientemente poderosa.

¿Pero entonces cual es el prototipo del que habla el título de este artículo? El prototipo en el que trabajaron los investigadores, se refiere al diseño en forma de lágrima y aplanado de la nave. Un diseño surgido a partir del planteamiento astrofísico de Alcubierre y la matemática que hasta hoy se puede aplicar en materia de tecnología espacial.

Aunque se trate de una investigación en la que aún no se esté proyectando todo lo aprendido, sí representa un acercamiento muy sólido de cómo alcanzar la famosísima velocidad de la luz. Alcubierre afirma que tal como avanza la investigación en este campo, es muy posible que a la vuelta de unos 100 años ya se tenga una respuesta al tema de generar un motor optimizado para los viajes interestelares.

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A continuación puedes observar el video en el que Miguel Alcubierre explicando su tesis astrofísica: