Para poder frenar el cambio climático que nos traerá toda clase de estragos, muchos países alrededor del mundo se han decidido por comenzar a disminuir el uso de energías contaminantes como el carbón y el petróleo. El sector automotriz fue una de las industrias más presionadas para dejar de vender coches que liberen gases de efecto invernadero.
Lo que antes era mero capricho para los amantes de lo exótico como un coche eléctrico, actualmente se trata del panorama que todos deberemos acatar, y es que las mismas legislaturas de muchos países están haciendo todo lo posible para iniciar esa transición, como implementando impuestos a los precios de los coches a gas y e incentivos al momento de comprar uno eléctrico.
Esto se traduce también en que la industria necesitará de abastecerse de la suficiente materia prima necesaria para fabricar coches eléctricos en masas. La parte de estos vehículos que más destaca es la batería, la cual ha tenido que evolucionar rápidamente, trayendo vehículos con tiempos de carga más cortos y almacenamiento energético más grande.
La competencia entre fabricantes de coches se ha comenzado a enfocar en quién puede traer baterías para coches eléctricos más eficientes, baterías que están fabricadas en su mayoría de litio, material que se volvió altamente codiciado no solo para el sector automotriz, sino prácticamente a todo lo relacionado con tecnología como los teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles que también buscan traer dispositivos recargables con tiempo de autonomía extendidas.
En una carrera contra el cambio climático y la transición a coches eléctricos, el litio comenzó a ser altamente demandado y codiciado
Tan solo en 2019, se calcula que la demanda de carbonato de litio fue de 263.000 toneladas, para el siguiente año esta cifra aumentó a 327.000 toneladas, y el 2021 cerró vendiéndose al mercado 465.000 toneladas, y estas cifras solo van en aumento.
En el mercado, esto se tradujo en una fuerte presión de los productores para poder abastecer la demanda que crece día con día, y ya que gran parte de este litio producido va al sector automotriz, pudimos ver el alza económico principalmente en 2021, vendiéndose alrededor de 6.600 millones de unidades, más del doble que se vendieron en 2020.
Se estima que dentro de los próximos diez años, la venta de coches a gasolina y diésel comience su decaída, una estimación basada en el compromiso que ya hicieron 30 naciones para comenzar el cese definitivo a la producción de nuevos modelos de vehículos a gas que se estará haciendo paulatinamente hasta llegar al objetivo en 2040.
Sin embargo, durante el Foro Económico Mundial (FEM), los expertos señalaron que, incluso con el dramático ascenso de ventas de coches eléctricos, se necesitaría que 2.000 millones de estos vehículos cero emisiones deberían de estar circulando a más tardar para 2050, y así comenzar hablar ya de un verdadero cambio y comenzar a observar sus efectos.
Pero realmente nadie puede asegurar que se llegue a tal objetivo, y eso lo sabe la Agencia Internacional de Energía (AIE), quienes recuerdan que el litio es un recurso no renovable y difícil de adquirir, que de explotarlas en tales cantidades podría traernos a una inminente crisis de escasez en un par de años, es decir, para 2025.
Además, adquirirlo también conlleva un daño a nuestro planeta. La demanda que se ha analizado se enfrenta al reto de que el litio suele concentrarse en grandes proporciones en pocos lugares del mundo, de las cuales, la mitad de la producción global se encuentran en áreas con gran estrés hídrico.
Para evitar tal catástrofe, se incitan a los laboratorios y fabricantes a buscar nuevas alternativas o métodos de fabricación que puedan traer un “plan B” que pueda aliviar la escasez del mineral que ocurrirá próximamente.
La futura escasez ya anunciada y la gran demanda, ha hecho que el precio del mineral vaya en aumento, llegando a alcanzar un alza de hasta 400% de su precio durante 2021, que dio otro gran salto en 2022 cuando su valor se elevó un 900%. El alza del precio del litio pone en aprietos a los fabricantes de coches eléctricos quienes tienen que buscar el proveedor más barato y así continuar su producción
Mientras que los productores de litio se están “haciendo su agosto” con el alza de precios del “oro blanco”, los fabricantes de automóviles la están pasando muy mal tratando de conseguir litio al precio más barato posible para no tener que disminuir su producción y perder la millonaria ganancia en consecuencia.
Ya que los intermediarios entre estos y los proveedores de litio no parecen darles tregua, muchas empresas de la industria automotriz han tenido que levantar su propio sistema de distribución de litio, dedicándose al mismo tiempo a la minería.
Entre alta demandas, posible escasez que solo va a empeorar con empresas de automóviles haciéndola también de mineros, la ciencia se ha visto obligada a tratar de buscar una manera de poder reciclar el litio y que tenga las condiciones necesarias para tolerar otro proceso de transformación a una batería nueva.
El panorama definitivamente se ve turbio, con muchas cosas sucediendo a la vez no solamente en cuestiones de números y pronósticos de producción, que contrastan con la realidad de que en muchos países como España aún no sea factible tener un coche eléctrico y la ciencia buscando al par cómo no depender del litio con baterías de otro material.
Pero en el mercado no hay tiempo para esperar a que el camino se aclare y tienen que ir por el litio tan pronto como sea posible. Para eso, los expertos han tenido que buscar yacimientos del mineral en todo el mundo, encontrando varios que ya están siendo explotados, de los cuales, algunos albergando una gran cantidad de este elemento que otros.
VisualCapitalist se ha hecho ya de un mapa que muestra los países con mayor o menor capacidad de producción de litio
La compañía más grande del mundo en petróleo y gas, BP, ha hecho un estudio publicado en su informe anual 2022 relacionado con las energías del mundo, donde ha concentrado casi treinta años de estadísticas sobre la producción del litio a nivel global, mostrando quienes han sido los principales actores de esta demanda, pero que comenzó su auge de producción a partir del 2018 que se mantiene hasta la actualidad.
En dicha gráfica, que comienza su conteo desde 1995, nos muestra como el mercado del litio fue muy constante durante los siguientes años, encontrando ligeros cambios con la llegada del nuevo milenio.
Para los siguientes cinco años, con la llegada de las tecnologías, comenzó el ascenso principalmente en Australia, que gracias a su geografía con grandes extensiones oceánicas, se ha convertido en una de las potencias más importantes en el mundo en minería, donde se encuentran grandes concentraciones de litio que se traduce en más de la mitad de la producción mundial.
China es su principal comprador, llevándose hasta el 90% de su producción que le garantizará poder abastecer todas las fábricas de coches eléctricos del país, que aspiran a ser los mayores proveedores de estos vehículos cero emisiones alrededor del mundo y así mismo, también abasteciendo las marcas locales y sedes de empresas internacionales.
Luego de Australia, otro país que se ha puesto en la mira de todos los que codician el mineral es Chile, otra nación caracterizada por su gran aportación al mundo por su producción minera, seguido de los países vecinos como Argentina y Brasil.
Zimbabue, se ha puesto también en el mapa gracias a sus grandes yacimientos de litio. A comparación de los otros productores, el país sudafricano ha tenido que prohibir la exportación del valioso mineral, una orden directa del gobierno que fue emitida este 2023.
Y es que Zimbabue había estado exportando el mineral en bruto que cuesta mucho menos que el mineral ya procesado y preparado para su utilización en la producción de baterías, generando pérdidas de hasta 1.7 millones de euros que pudieron ahorrarse no solo por procesarlo, sino también para utilizarlo dentro del país en vez de prácticamente regalarlo.
Esto solo puede significar que los gobiernos de los principales y potenciales productores deberán también tener su propia carrera por subsanar los huecos legales que permiten proteger los recursos nacionales para su propio beneficio, en vez de regalarlos a otros países a través de compañías extranjeras.
México, quien tiene ya experiencia con la extracción desmedida de petróleo por parte de países extranjeros, se ha apurado en expropiar su litio para prevenir que países extranjeros como Estados Unidos se sientan con la libertad de llegar a tomar el litio del país como si fuera su patio trasero, convirtiendo su mineral en propiedad mexicana.