El tema de la manipulación en los niños es bastante complicado. No solo se trata de la manipulación que tú puedas llegar a realizar sobre tu hijo, sino la que él o ella pueda ejercer sobre ti. En el caso de que seas padre de familia de un niño con edad menor a los tres años, posiblemente sabes lo que es eso.
Sobre todo cuando tu hijo te pone problemas a la hora de comer o saber elegir con que jugar. Y lidiar con esas decisiones, es bastante difícil de llevar. Formar un criterio en el niño y permitir que sea autónomo con sus decisiones puede llegar a ser complicado, o bien, puede ser bastante fácil de conseguir.
En un estudio reciente de la Universidad de California, existe una estrategia perfecta para lograr que los niños sean más autónomos y tener una visión más clara de sus decisiones. Este estudio fue llevado a cabo bajo el liderazgo de Emily Summer. En su punto de vista, los niños se inclinan más por la última opción que se les baraja.
Tener presente la última opción
Incluso, se atreven a decidirse por esta opción, aun cuando no resulta ser la que más deseen. Si le colocas a elegir entre un dulce de chocolate y una torta de zanahoria, con toda seguridad darán un paso por esa última alternativa. En el caso de los adultos, nuestra mente es más propensa analizar y debatirse entre las opciones.
En cambio, cuando la edad es menor a los tres años, es posible realizar una manipulación en los niños frente a sus decisiones si se establece un orden de día (orden de opciones), donde la última opción se presenta como la solución a la ecuación.
La mente del niño efectúa una especie de ecuación y para no enredarse en la actitud reflexiva, se decide en la mayoría de los casos por la última opción. Es decir, los niños buscan la opción más disponible y esta es precisamente la que se ofrece al final.
Un estudio donde se contó con la participación de 24 niños
Para llegar a conclusiones claras de este estudio, se trabajó con 24 niños cuya edad era inferior a los 3 años. Se les ofreció distintas opciones frente a 20 preguntas concretas. Para ello se les planteó la imagen de un oso que nombraron como Rori. Algunos ejemplos de las preguntas fueron: “¿Rori deseará comer manzana o plátano?”, “¿Los pantalones de Rori son de color azul o blanco?”.
Cuando al niño se le ofrecía que tomaran su decisión señalándolo en la imagen, el 50% contestó por la segunda opción. Pero cuando debían ofrecer la respuesta de manera verbal, el porcentaje de la elección aumentó al 85%. De manera que cuando un niño decide por señalar, lo hace en obediencia a su punto de vista.
Pero, y es aquí donde entra la manipulación, cuando se le sentencia a que responda verbalmente, el niño se queda atrapado en el denominado bucle fonológico. Y es justo ahí donde se ve más obligado a decantarse por la última opción que se le presentó. Es ahí donde está la clave para que la manipulación en la elección de los niños surta efecto.
¿Qué es el bucle fonológico?
Lo que ocurre con el denominado bucle fonológico es que es el modo en que la memoria y la audición se enlazan, formando las ideas en la mente del niño. En los niños preescolares, este bucle aún se encuentra en desarrollo.
Lo que ocurre es que los niños aún no poseen una memoria muy amplia para entender la diferencia entre las opciones que se le presenta. En su memoria, no aparece la asociación gráfica de la idea que se les presenta. De manera que lo que retienen es la última parte de las palabras que se le ofrecieron.
La menta del niño entra entonces en el bucle del lenguaje verbal ofrecido. Ya sean dos, tres o cuatro opciones, el bucle le hace reflexionar e inclinarse por la ultima verdad ofrecida. Y es ahí donde puedes empezar a realizar la manipulación para que el niño tenga dominio sobre sus ideas.
Usa este conocimiento a favor de tu hijo
Obviamente, siempre y cuando seas inteligente y aproveches este conocimiento a favor de tu hijo. La esencia de este método de manipulación en los niños, es centrarse en solo dos ideas claves, a la hora de enseñarle a decidir a tu hijo. A medida que cree podrá elaborar un bucle fonológico más amplio.
Si haces un uso adecuado de este método y lo enfocas de acuerdo a las preferencias que conoces de él o ella, podrás fortalecer su criterio y darle pistas para que tenga un pensamiento autónomo.