El pasado 19 de agosto, en Cerdeña, la policía detuvo a una pareja que pretendía ingresar a la ciudad de Toulon, en Francia. Estaban a punto de entrar en el ferry que partía desde Porto Torres. ¿Qué encontraron los policías en el maletero del auto? Un total de 40 kilos de arena de playa.
La pareja ha cometido un delito que puede representar para ambos una pena de unos seis años en prisión. Sí, en Cerdeña, sus habitantes tienen una profunda afición, o mejor, una obsesión por las arenas de playa. Ya desde el año de 1994 fue necesario prohibir al acceso a la playa rosa ubicada en la isla de Budelli. Isla que se encuentra al noreste de Cerdeña.
La clausura de dicha playa se debe al mismo fenómeno. Un fenómeno que llevó a que desde agosto del 2017 se estableciera la ley de quien recoja arena o la utilice para comercializarla sin permiso de las autoridades, se enfrentará a multas que puede ir desde los 500€ a 3.000€ euros.
De manera que ahora es responsabilidad de los agentes de las aduanas, revisar si los turistas llevan en sus equipajes o bolsos de mano, como también al interior de los coches, para encontrar cualquier tipo de arena de las playas de Cerdeña. Ya sea la arena amarilla proveniente de Piscinas o la arena blanca de Cala Luna, entre otros, los agentes tienen la misión de retener a los infractores de esta ley.
Pero, ¿no es un poco exagerado? ¿Qué significan 40 kilos más o 40 kilos menos en las playas de Cerdeña? Representan mucho, se están robando las arenas de las playas a favor de un hobby que tiene un impacto ambiental. Es algo que mientras tanto es considerado como una psicosis por parte del gobierno de esta isla.
Tan férreo es este compromiso, que incluso existe otra ley que obliga a los turistas y bañistas nativos de Cerdeña a hacer uso de una esterilla justo debajo de sus respectivas toallas. Y para garantizar esta normativa se ha contratado personal que asuma la responsabilidad de hacer vigilancia.
De acuerdo a estudios efectuados por el ayuntamiento de Cerdeña, una toalla puede absorber alrededor de 100 gramos de arena. Si se tiene en cuenta que en una playa puede haber una afluencia diaria de 7.000 personas al día, la cifra de perdida de arena representaría un total de 700 kilos. Antonio Diana, quien es el alcalde de Stintino, esto conllevaría a la extinción misma de la playa.
En otras playas no solo se ha insistido en el uso de la esterilla, sino que también se ha propuesto que se prohíba el uso de bolsas grandes. De esa manera se está atacando un fenómeno que prácticamente se ha convertido en un mercado negro.
No solamente se habla de arena, también existe un comercio que se hace cargo de clientes interesados en guijarros, conchas y objetos del mar de las playas de esta isla. Y este no es un fenómeno que esté presente solo en esta isla. Existen clientes interesados en coleccionar arena de todas las playas del mundo.
De acuerdo al científico Pierluigi Cocco, en el caso de las playas de Cerdeña, éstas poseen un enorme atractivo. Pero estas playas afrontan dos amenazas, tal como lo indicó el científico ambiental a la BBC. La primera es la erosión que es un evento que ocurre de manera natural y actualmente es derivada por el aumento del nivel del mar por el efecto del cambio climático.
El segundo aspecto que perjudica a estas playas es precisamente el robo de arena protagonizado por los turistas. Generalmente se suele pensar que lo primero tiene mucha más importancia y que el robo de arena es un fenómeno de bajo impacto. En una era escandalizada por el cambio climático es más sencillo culpar a la contaminación global como problema principal.
Sin embargo, hay que pensar en todo el impacto que genera que millones de turistas al año se lleven una pequeña botella de arena de las playas. Claro, en la realidad la cifra no es tan alarmante. No todos los turistas que visitan Cerdeña llegan con la intención de llevarse un pequeño recuerdo de arena.
Pero si se dimensiona una cifra más estadística y real, para luego proyectar dicho impacto a un periodo de diez o veinte años, entonces no es de sorprender que sería enorme el volumen de toneladas que serían extraídas de las playas. Es de esta manera que la policía forestal de la isla está explicando a los turistas la razón de esta legislación.
Además de esto, de acuerdo a otros estudios sobre la línea de las costas, en efecto las playas vienen perdiendo fuertemente su extensión. Es decir, la distancia existente entre la línea del mar y la costa en donde comienza el paseo marítimo.